El concepto de «diseño» tiene múltiples significados, que varían en función de diversos factores, como el ámbito del conocimiento en que se emplee, el sector de actividad, la formación de las personas, entre otros.
Lo entendamos como lo entendamos, lo que quiero transmitir en este artículo es que nunca debemos considerar el diseño como un mero trabajo de «ponerlo bonito», ni tampoco como un entregable aislado del resto del proyecto.
Un diseño profesional y de calidad es la consecuencia final de todo un proceso. En la mayor parte de las ocasiones, además, de un proceso en equipo.
Un recurso visual muy potente para transmitir adecuadamente esta idea es el «garabato» de Damien Newman.

Newman es, entre otras cosas, diseñador, investigador, conferenciante y profesor universitario en ámbitos como el diseño y la innovación. Ha trabajado en empresas de diseño como IDEO o Frog Design y acumula más de tres décadas de experiencia en el sector.
La historia del «garabato» arranca a principios de los años ochenta, cuando Newman trabajaba como ilustrador y diseñador para Xerox Europarc en Cambridge, Reino Unido. Una sucursal europea del famoso laboratorio de investigación y desarrollo de Palo Alto, PARC. Donde aprendió el proceso de diseño de soluciones tecnológicas innovadoras que utilizaban. Su proceso comenzaba con una noción abstracta, a través de la investigación se movía a un concepto y finalmente terminaba con el diseño.
Cuenta Newman que empezó a presentar el proceso de diseño a sus clientes usando los términos: Abstracto, Investigación, Conceptos y luego Diseño. Sin embargo, por aquel entonces, los clientes solo estaban interesados en la última parte: el diseño. No tenían ningún interés en los pasos previos del proceso. Para ellos, como para algunas personas aún hoy en día, el diseño era el simple acto de hacer que las cosas luzcan «bonitas».
A principios de la década de los dos mil, Damien creó un «garabato», acompañado de algunas palabras clave, que usó para convencer a un cliente de que permitiera diseñar su software metódicamente y a través de un proceso.

De la incertidumbre a la claridad
El recorrido comienza a la izquierda con un trazo caótico y enredado. Este desorden simboliza las primeras etapas de un proyecto:
- Investigación y síntesis: consiste, en esencia, en comprender a los usuarios, sus necesidades, motivaciones y contextos de uso. En esta fase abundan el ruido, la incertidumbre y la ambigüedad.
A medida que el trazo avanza hacia la derecha, las líneas comienzan a ordenarse y simplificarse. Esto refleja la transición hacia:
- Conceptualización: traducir hallazgos en ideas y posibles soluciones.
- Prototipado: las ideas se van depurando, se materializan en prototipos y se validan con usuarios. La experimentación y el testeo ayudan a descartar lo que no funciona.
Finalmente, el trazo se convierte en una línea recta, símbolo de claridad y foco:
- Diseño final: es el momento en que las decisiones se consolidan y se materializa una solución coherente y viable.
Carencias del «garabato» de Damien Newman
El dibujo de Newman es una metáfora útil y poderosa para explicar el proceso de diseño, pero, como toda simplificación, presenta ciertas carencias. Algunas que considero relevantes son:
- El proceso no es lineal. Aunque la imagen muestra una progresión, la realidad implica avances, retrocesos y ajustes constantes, especialmente en metodologías ágiles.
- El proceso se realiza en equipo. La colaboración, los puntos de vista diversos y las dinámicas grupales son esenciales, y no se reflejan en el trazo individual del dibujo.
- El proceso es iterativo. Cada avance genera nuevos aprendizajes que obligan a volver atrás, refinar y evolucionar la solución de manera progresiva.
- Ausencia del usuario. No queda explícita la importancia de la participación del usuario en la investigación y la validación de prototipos.
- Visión optimista. Sugiere que siempre se llega a una solución clara, cuando en la práctica algunos proyectos terminan en resultados parciales o incluso en abandono.